miércoles, 22 de enero de 2014

Palimpsestos. La literatura a la segunda potencia


La literatura a la segunda potencia

La imagen de ‘palimpsesto’ que utilizó Gerard Genette para dar título a su trabajo no sólo consistió en ello; también  sirvió para sostener toda su teoría que deviene a partir de esa figura. De esta manera, palimpsesto es un manuscrito de la antigüedad cuya superficie posee una escritura que al mismo tiempo contiene otras que han sido borradas en diversas ocasiones. Esta imagen permite reflexionar al teórico francés sobre el fenómeno de la escritura y sus sombras, es decir, que detrás una escritura hubo otras y así se complementa la que pervive en la superficie (recordemos que esta idea viene de M. Bajtín de acuerdo a lo que introduce en teoría literaria: ‘todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto’).

Genette lo ve de una manera similar pero introduce la efectividad de por medio para que exista la identidad textual. Esto significa que el vínculo entre textos no será por condiciones o términos léxicos sino por presencia efectiva entre ellos. Aunque esto último tiene una mayor relación con la ‘architextualidad’ y sus implicaciones, también guarda relación con las otras cuatro formas transtextuales. Así, en este blog se hará un ejercicio que permita reconocer la terminología de Genette y, al mismo tiempo, aplicarla. Las formas transtextuales a analizar son: la intertextualidad, la paratextualidad, la metatextualidad y la ya mencionada architextualidad.

‘Por mi parte, defino la intertextualidad, de manera restrictiva, como una relación de copresencia entre dos o más textos, es decir, eidéticamente y frecuentemente, como la presencia efectiva de un texto en otro’. Esta es la definición que brinda Genette y que, al mismo tiempo, deriva en otras formas como la cita, el plagio y la alusión. La primera establece una marcada diferencia ya que al respecto apunta que ‘la cita es una práctica literaria definida, que evidentemente trasciende cada una de sus realizaciones, y que tiene sus caracteres generales’. Así, encontraremos ejemplos de cita en textos teóricos de acuerdo a lo que establece la definición anterior. Por ejemplo, el mismo Hans-George Ruprecht al exponer sus nociones de intertextualidad hace uso de citas de otros teóricos como Krysinski y Courtés. La cita se imprime tal cual y cumple la función literaria tradicional. Se nos ocurre que en materia literaria podría ser la cita de un texto literario a otro. Por ejemplo, al inicio de la novela Los detectives salvajes se imprime el poema Elvampiro de Efrén Rebolledo para otorgar esa práctica literaria definida, es decir, la fuente directa del poema y no una paráfrasis de éste, por ejemplo.

El segundo tipo está constituido por la relación menos explícita y más distante del todo literario con el textos, es decir, la paratextualidad. Esta toma en cuenta título, subtítulo, intertítulos, prefacios, advertencias, introducciones, notas marginales, epígrafes, etcétera. Para ejemplificar estas relaciones paratextuales seguiremos con Roberto Bolaño. En su libro 2666 se conjuntan cinco partes (cada una un libro) que componen uno sólo. Cada parte no guarda relación alguna con el título del libro que incluso el propio autor, antes de su muerte, deseaba publicar cada parte en determinado tiempo. Ignacio Echeverría, en la ‘parte preliminar’ dentro del libro, es el encargado de explicar por qué los editores (y él como amigo) decidieron la publicación conjunta de la obra. De esta forma, ‘La parte de los críticos’, ‘La parte de Amalfitano’, ‘La parte de Fate’, etcétera, establecen relaciones que se ligan, más que al título, a la ‘parte preliminar’ escrita por el español (aquí la relación paratextual). Pero si buscamos establecer esas relaciones con otros textos se podría dar en ‘La parte de Amalfitano’ con ‘2. Amalfitano y Padilla’ de Los sinsabores del verdadero policía. Esto sólo por el título y, más allá, por el desarrollo del personaje. Finalmente, Genette apunta que ‘la paratextualidad, como vemos, es sobre todo una mina de preguntas sin respuesta’.

La metatextualidad es la relación ‘de comentario, que une un texto a otro texto del que él habla, sin citarlo (convocarlo) necesariamente, y hasta, en última hipótesis, sin nombrarlo’, apunta Genette. Aunado a esto, el francés explica que es por excelencia la relación crítica entre textos. Esta crítica encuentra relación con la palabra ‘convocarlo’ que Genette usa entre paréntesis en su definición, ya que la crítica se encontrará dentro del texto. Así, Bolaño en Estrella distante realiza la ampliación de su último capítulo en La literatura nazi en América y podemos ver la trascendencia textual (metatextualidad) en cómo se cuenta la historia. Es decir, no se cita porque sólo se está convocando a los personajes pero, más importante, a la historia (el texto en otro texto). Incluso la novela comienza de esta manera: ‘En el último capítulo de mi novela La literatura nazi en América se narraba tal vez demasiado esquemáticamente (no pasaba de las veinte páginas) la historia del teniente Ramírez Hoffman, de FACH’.

La última relación transtextual de la cual se hablará y tratará de ejemplificar es la architextualidad que significa, según Genette, ‘una relación completamente muda, que sólo es articulada, a lo sumo, por una mención paratextual, de pura pertenencia taxonómica’. Esto significa que el texto mismo conozca su procedencia y al género que pertenece pero esto no es posible y es por ellos que suscita la reflexión de Genette. En un blog se mencionó a Terry Eagleton y en una de sus líneas comentaba que el texto no nace como ensayo, poema, novela, etcétera; no hay esencia misma en la literatura. En esto recae Genette al decir que ‘la percepción genérica, como es sabido, oriente y determina en gran medida el ‘horizonte de expectativa’ del lector, y, por ende, la recepción de la obra. Así, el ejemplo que podría utilizar para esta relación transtextual sería este escrito: comentario, ensayo, crítica, resúmen… ¿En qué categoría lo situaríamos? Por muy malo que sea tendría que encontrar un lugar en alguna categoría y así reflexionar en términos transtextuales. Cuando citamos a Genette en uno de los párrafos anteriores diciendo que la paratextualidad es una mina de preguntas, la architextualidad no se queda atrás.

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