El discurso del relato
El ‘Ensayo de método’ surge a través de la preocupación de
Genette sobre cómo se concibe el relato y la ambigüedad que presenta. Así, las
nociones de orden, duración, frecuencia y modo designan campos de estudio para
Genette que son desarrollados en el texto antes mencionado.
Para este blog o escrito, se tomará la noción de ‘frecuencia’
para ser aplicada a la novela ‘Climas’ del escritor francés André Maurois.
Antes de iniciar con dicho análisis ofreceré algunas reflexiones sobre la ‘frecuencia’
que Genette otorga en su ensayo.
La ‘frecuencia’, en primera instancia, establece una relación
con el ‘hecho iterativo’ o ‘iterabilidad’ (concepto que también utilizaba Derrida) entre el relato y diégesis: ‘Un suceso no solamente es capaz de producirse:
puede también repetirse o reproducirse’, apunta Genette. Estas capacidades de
repetición en los sucesos narrados (de la historia) y en los enunciados
narrativos (del relato) trae como consecuencia un sistema de relaciones que el
teórico francés cataloga en cuatro opciones de acuerdo al relato: contar una
vez lo que sucedió una vez, contar n veces lo que pasó n veces, contar n veces
lo que ocurrió una vez y contar una sola vez lo que pasó n veces. Por último,
el francés aclara que esta característica se encuentra a función y servicio del
relato para precisamente otorgarle una frecuencia y, al mismo tiempo, dos
aspectos propios de ésta: determinación y especificación (juego con el tiempo).
Ya establecida la noción de ‘frecuencia’ en el relato,
continuaré con el análisis en la novela ‘Climas’ de acuerdo a los parámetros
establecidos.
La novela se encuentra dividida en dos partes de las cuales
cada una está contada a manera de diario, por lo tanto, ya tenemos desde el
principio un juego con el tiempo. La segunda parte se puede tomar como una
respuesta a la primera ya que se encuentra escrita por Isabelle de Cheverny y,
de cierta forma, se encuentra dirigida a Philippe Marcenat. De esta manera
encontramos que la forma es la siguiente: ‘Philippe, he venido esta tarde a
trabajar en tu despacho. Al entrar en él apenas pude creer que tú no
estuvieras. Permaneces tan vido en mí, Philippe…’ (163). Esto entraría en la
categoría de ‘ contar una sola vez (o más bien: en una sola vez) lo que pasó n
veces’; la fórmula sería IR-nH. De acuerdo a lo que un diario muestra en
términos de escritura, ésta es la fórmula con la cual puede trabajarse ya que
se cuenta de un tirón lo que pasó n veces (aquí las ‘n veces’ es el momento en
que viven su amor Philippe e Isabelle).
A través de lo anterior se darán las características de ritmo
que ya se han mencionado (determinación y especificación) y que son propias del
hecho iterativo. Veamos el siguiente ejemplo: ‘En el momento del armisticio mi
padre acababa de ser nombrado embajador en Pekín. Me pidió que le acompañara y
me negué’ (173). Esta es una forma determinada de acuerdo a la información que
ofrece: ‘en el momento del armisticio’, ‘embajador en Pekín’ y ‘me pidió que le
acompañara’. Pero al mismo tiempo que estas formas son determinadas también
poseen la característica de lo indeterminado ya que no se ofrece una fecha o
etapa del momento del armisticio o cuándo le pide su padre a Isabelle que lo
acompañe. En cambio, una forma específica sería la siguiente: ‘Durante todo el
verano, Philippe y yo nos veíamos continuamente’. Aunque la forma también
contenga ambigüedad, al menos ya sabemos que ellos durante todo el verano se
veían y, escrutando más la expresión, dilucidar más sobre la duración de un
verano francés (qué meses y días abarca, por ejemplo).
Me parece que de esta manera puede funcionar la frecuencia de
una novela escrita a manera de diario donde ésta contiene las dos versiones de
una misma historia, la cual, se cuenta a través de n veces de acuerdo a lo que
ha pasado una sola vez (la iterabilidad se convierte en una técnica recurrente
para los novelistas que buscan una frecuencia narrativa aparentemente lineal o
de corte tradicional).
Revisado.
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