La literatura a la segunda
potencia
La imagen de ‘palimpsesto’
que utilizó Gerard Genette para dar título a su trabajo no sólo consistió en
ello; también sirvió para sostener toda
su teoría que deviene a partir de esa figura. De esta manera, palimpsesto es un
manuscrito de la antigüedad cuya superficie posee una escritura que al mismo
tiempo contiene otras que han sido borradas en diversas ocasiones. Esta imagen
permite reflexionar al teórico francés sobre el fenómeno de la escritura y sus
sombras, es decir, que detrás una escritura hubo otras y así se complementa la
que pervive en la superficie (recordemos que esta idea viene de M. Bajtín de
acuerdo a lo que introduce en teoría literaria: ‘todo texto se construye como
mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto’).
Genette lo ve de una manera
similar pero introduce la efectividad de por medio para que exista la identidad
textual. Esto significa que el vínculo entre textos no será por condiciones o
términos léxicos sino por presencia efectiva entre ellos. Aunque esto último
tiene una mayor relación con la ‘architextualidad’ y sus implicaciones, también
guarda relación con las otras cuatro formas transtextuales. Así, en este blog
se hará un ejercicio que permita reconocer la terminología de Genette y, al
mismo tiempo, aplicarla. Las formas transtextuales a analizar son: la
intertextualidad, la paratextualidad, la metatextualidad y la ya mencionada
architextualidad.
‘Por mi parte, defino la
intertextualidad, de manera restrictiva, como una relación de copresencia entre
dos o más textos, es decir, eidéticamente y frecuentemente, como la presencia
efectiva de un texto en otro’. Esta es la definición que brinda Genette y que,
al mismo tiempo, deriva en otras formas como la cita, el plagio y la alusión.
La primera establece una marcada diferencia ya que al respecto apunta que ‘la
cita es una práctica literaria definida, que evidentemente trasciende cada una
de sus realizaciones, y que tiene sus caracteres generales’. Así, encontraremos
ejemplos de cita en textos teóricos de acuerdo a lo que establece la definición
anterior. Por ejemplo, el mismo Hans-George Ruprecht al exponer sus nociones de
intertextualidad hace uso de citas de otros teóricos como Krysinski y Courtés.
La cita se imprime tal cual y cumple la función literaria tradicional. Se nos
ocurre que en materia literaria podría ser la cita de un texto literario a
otro. Por ejemplo, al inicio de la novela Los
detectives salvajes se imprime el poema Elvampiro de Efrén Rebolledo para otorgar esa práctica literaria definida, es
decir, la fuente directa del poema y no una paráfrasis de éste, por ejemplo.
El segundo tipo está
constituido por la relación menos explícita y más distante del todo literario
con el textos, es decir, la paratextualidad. Esta toma en cuenta título,
subtítulo, intertítulos, prefacios, advertencias, introducciones, notas
marginales, epígrafes, etcétera. Para ejemplificar estas relaciones
paratextuales seguiremos con Roberto Bolaño. En su libro 2666 se conjuntan cinco partes (cada una un libro) que componen uno
sólo. Cada parte no guarda relación alguna con el título del libro que incluso
el propio autor, antes de su muerte, deseaba publicar cada parte en determinado
tiempo. Ignacio Echeverría, en la ‘parte preliminar’ dentro del libro, es el
encargado de explicar por qué los editores (y él como amigo) decidieron la
publicación conjunta de la obra. De esta forma, ‘La parte de los críticos’, ‘La
parte de Amalfitano’, ‘La parte de Fate’, etcétera, establecen relaciones que
se ligan, más que al título, a la ‘parte preliminar’ escrita por el español
(aquí la relación paratextual). Pero si buscamos establecer esas relaciones con
otros textos se podría dar en ‘La parte de Amalfitano’ con ‘2. Amalfitano y
Padilla’ de Los sinsabores del verdadero
policía. Esto sólo por el título y, más allá, por el desarrollo del
personaje. Finalmente, Genette apunta que ‘la paratextualidad, como vemos, es
sobre todo una mina de preguntas sin respuesta’.
La metatextualidad es la
relación ‘de comentario, que une un texto a otro texto del que él habla, sin
citarlo (convocarlo) necesariamente, y hasta, en última hipótesis, sin
nombrarlo’, apunta Genette. Aunado a esto, el francés explica que es por
excelencia la relación crítica entre textos. Esta crítica encuentra relación
con la palabra ‘convocarlo’ que Genette usa entre paréntesis en su definición,
ya que la crítica se encontrará dentro del texto. Así, Bolaño en Estrella distante realiza la ampliación
de su último capítulo en La literatura
nazi en América y podemos ver la trascendencia textual (metatextualidad) en
cómo se cuenta la historia. Es decir, no se cita porque sólo se está convocando
a los personajes pero, más importante, a la historia (el texto en otro texto).
Incluso la novela comienza de esta manera: ‘En el último capítulo de mi novela
La literatura nazi en América se narraba tal vez demasiado esquemáticamente (no
pasaba de las veinte páginas) la historia del teniente Ramírez Hoffman, de
FACH’.
La última relación
transtextual de la cual se hablará y tratará de ejemplificar es la
architextualidad que significa, según Genette, ‘una relación completamente muda,
que sólo es articulada, a lo sumo, por una mención paratextual, de pura
pertenencia taxonómica’. Esto significa que el texto mismo conozca su
procedencia y al género que pertenece pero esto no es posible y es por ellos
que suscita la reflexión de Genette. En un blog se mencionó a Terry Eagleton y
en una de sus líneas comentaba que el texto no nace como ensayo, poema, novela,
etcétera; no hay esencia misma en la literatura. En esto recae Genette al decir
que ‘la percepción genérica, como es sabido, oriente y determina en gran medida
el ‘horizonte de expectativa’ del lector, y, por ende, la recepción de la obra.
Así, el ejemplo que podría utilizar para esta relación transtextual sería este
escrito: comentario, ensayo, crítica, resúmen… ¿En qué categoría lo
situaríamos? Por muy malo que sea tendría que encontrar un lugar en alguna
categoría y así reflexionar en términos transtextuales. Cuando citamos a
Genette en uno de los párrafos anteriores diciendo que la paratextualidad es
una mina de preguntas, la architextualidad no se queda atrás.
Revisado.
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